8M2024: Trabajemos juntas por las demás

8M Día Internacional de la Mujer

Trabajemos juntas por las demás y podremos transformar realidades desafortunadas en mejores realidades para otras. El 8M no es para felicitarnos, pero sí para observar la lucha histórica, reconocer los avances y los retos, para recordar el valor de la mujer en diversos ámbitos.

 

 

El 8M no es para felicitarnos, no es un día de fiesta precisamente. Pero sí es una fecha para recordar que, si trabajamos juntas por las demás, podremos crear mejores realidades para el presente y el futuro.

 

Ayer escuché una entrevista en un noticiero de radio, donde la invitada, de Estados Unidos, comentaba cómo en aquel país se encontraban sorprendidos por el hecho de que en México son dos mujeres, dos candidatas, las principales contendientes para la presidencia de la República. No son dos personas “de relleno”. Es prácticamente un hecho que el próximo sexenio nos gobernará una mujer.

 

La sorpresa radica en que México es percibido como un país considerablemente machista. Entonces, “¿cómo le hicieron para tener dos candidatas para la presidencia?”, se preguntaba. En Estados Unidos no hay paridad de género en el poder legislativo, por ejemplo, aunque el mundo corporativo tiene otra realidad, pues allí hay más equilibrio.

 

Yo no había hecho patente ese hecho. Vaya, no así. Claro que sé quiénes son las candidatas y, por supuesto, en algún momento me sorprendí al vislumbrar que tendríamos una presidenta por primera vez. Pero llevamos tanto en campañas, que ya me resulta lo más “normal”. Sin embargo, lo que sucede en otros círculos no es equiparable. Es el mismo país donde tuvieron que pasar 19 años para que una mujer fuera designada como árbitro central en un partido de futbol de primera división varonil, en la espera de que algún jugador no le grite que es una vieja que no sabe y que se vaya a su casa.

 

Escuché hoy algunas cifras del Inegi donde se indica que de los nuevos puestos de trabajo generados recientemente, la mayoría han sido para mujeres; si bien, el 60 % del empleo total sigue ocupado por hombres. No obstante, al mismo tiempo, el ingreso promedio de las mujeres es diez mil pesos menor al de los hombres, trimestralmente. Además, ellas hacen 25 horas de trabajo no remunerado por encima del de los hombres (hogar, cuidado de terceros, etc.)

 

Sabemos que en nuestra Industria de Reuniones hay una mayoría femenina, aunque los puestos directivos siguen ocupados por una gran mayoría masculina. Por ello, nos emociona cuando mujeres destacadas logran escalar a puestos tan relevantes como el de Chair en el Events Industry Council, siendo el caso de Ana Maria Viscasillas. La iniciativa privada bien puede continuar presentando otros números.

 

Pero, esto no es para lamentarse ni mucho menos, sino para que meditemos en qué podemos hacer por nosotras mismas. El 8M no es para felicitarnos, pero sí para observar la lucha histórica, los avances y los retos. Tampoco es para satanizar a nadie ni culpar de todo a los varones, porque entre ellos también hay seres ejemplares que nos reconocen, valoran y apoyan.

 

Sé que, en principio, le estoy hablando a una comunidad más o menos privilegiada, con acceso a cierta educación y ciertos medios, que, con gran probabilidad, no ha sido expuesta a situaciones trágicas como el matrimonio infantil, o estar fuera del alcance de la formación profesional y las oportunidades. Por ello, aquí te dejo algunas ideas:

 

1. La educación es primordial. Sí, la tuya, seas mujer o no. Más allá de la escuela, me refiero a los valores. Los grandes hombres que nos brindan respeto, oportunidades y colaboración, aprendieron mucho de ello en casa. Para que no haya machos violentos, también es vital inculcar lo propio desde el hogar. Sin embargo, no todos tienen ese privilegio, pero nunca es tarde para aprender: abre tu mente y tu corazón. Como mujeres, también debemos ser conscientes de lo que merecemos y rechazar lo injusto.

 

2. Las oportunidades no son regaladas. Ya sabes que “los sueños mágicos nunca son gratis”. Esto significa que no por ser mujeres nos merecemos cualquier cosa espectacular. Hay que trabajar por ello. Estudiar, esforzarse, levantar la voz para postular o defender una idea, aportar valor sin que sea una cláusula de un contrato. Colaborar, entre otras cosas, nos hace visibles y nos abre puertas. No es fácil. Nadie dijo que lo fuera. No te garantizará que lo obtendrás, pero siempre intenta.

 

3. Si has sido beneficiada con voz, voto, reconocimiento y hasta suerte, ayuda a otras a avanzar. Debería resultarnos más natural apoyar a otras mujeres, darles trabajo, condiciones justas, orientarlas, impulsarlas, capacitarlas… y no siempre es así. Como en todo, hay quienes se meten el pie. Bueno, si usted no ayuda, tampoco empeore las cosas. Si está en tu poder, extiéndele la mano a otra y crezcan juntas. Especialmente, sí tú has vivido en carne propia y has superado una difícil prueba, tu empatía te acercará a quienes enfrentan algo similar.

 

4. Las sufragistas seguro que lo tenían claro: aunque hay derechos que nos corresponden por existir, a veces hay que luchar para que se reconozcan. Para quienes vivimos en este siglo, es impensable no tener acceso al voto, por ejemplo. Pero la creación de políticas y otras condiciones propicias para el desarrollo se siguen gestando. ¿Hay algo que tú puedas hacer, en lo que puedas participar? Tal vez no serás diputada federal, no liderarás una organización internacional en pro de los derechos humanos, pero sí hay reglas que puedas implementar en tu sitio de trabajo en aras de generar condiciones equitativas.

 

5. ¿Qué puedes hacer en tus eventos? ¿Cómo son tus paneles de expertos… también hay expertas? ¿A qué artistas estás contratando, qué le comunican al público? ¿Lo que consumen (alimentos o artesanías, por ejemplo) apoya de algún modo a comunidades de mujeres? Se me ocurre que el evento es de una entidad bancaria y, como actividad social, podría impartir una charla educación financiera para mujeres de la comunidad, o del hotel, por decir algo.

 

Trabajemos juntas por las demás y podremos transformar realidades desafortunadas en mejores realidades para otras. Si sales a marchar, bien. Si compartes información, bien. Si abrazas a la mujer que tienes al lado porque está pasando por una situación de violencia, bien. Si le das herramientas a tu hija para ser fuerte y luchar por sus sueños, bien. Si reconoces a quien tienes enfrente por sus propios logros, bien. Si agradeces a tu madre por los sacrificios que realizó por ti, bien. Haz lo que decidas, pero aprovecha la fecha para recordar el valor de la mujer.

 

 

Como siempre, hay mucho por hacer. ¿Y tú, qué puedes aportar?

 

 

 

#HazAlquimia

 

Norma Ronces

Alquimista de Eventos Corporativos y
Potenciadora de Meeting Planners Profesionales

 

 

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