Lo que el CNIR 2024 nos dejó fue un congreso con corazón mexicano, piel leonesa y enfoque global que dará de qué hablar.
Del 19 al 21 de junio se llevó a cabo el Congreso Nacional de la Industria de Reuniones en su trigésima edición, con sede en la ciudad de León, Guanajuato. Lo que el CNIR 2024 nos dejó dará de qué hablar y marcará la pauta para lo que futuros eventos deberán entregar a los profesionales de esta industria. Pero hoy puedo decir que fue un congreso con corazón mexicano, piel leonesa y enfoque global que confío en que habrá sembrado valiosas semillas en pro del desarrollo integral.
El organizador, COMIR (Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones), en conjunto con autoridades turísticas de León, tenían el gran reto de superar las expectativas de un sector experto, demandante y crítico. Lo hicieron con creces. De la mano de dos agencias aliadas, personal enfocado en dirigir los esfuerzos y una eficiente cadena de valor local, demostraron que el éxito conjunto es posible, que la sede tiene grandes capacidades y evidenciaron para las autoridades que los eventos son un catalizador económico en los destinos.
Asimismo, este congreso ha buscado ser un ejemplo de sostenibilidad al evitar los plásticos obsequiándonos un termo metálico para usar durante todo el evento, eliminando la impresión de programas, reciclando gafetes, calculando la huella de carbono por el traslado de cada participante, y otras mediciones que se obtendrían al cierre del evento. En tanto, se hicieron dos donativos significativos: uno a Reforestamos México, A.C. y otro a la Casa Hogar Comienzos, A.C.
Muchas cosas sucedieron en el marco de este evento, desde reuniones de asociaciones, encuentro de estudiantes, entregas de reconocimientos y la presentación de un libro que celebra las 30 primeras ediciones de este congreso (bello y emotivo material).
Quiero destacar la celebración de la 55ª Asamblea Ordinaria de Asetur (Unión de Secretarios de Turismo de México, A.C.), donde los funcionarios –incluyendo al Secretario Miguel Torruco– se reunieron con representantes del COMIR para dar seguimiento a los acuerdos y refrendar los compromisos que lleven a nuestro país a crear las mejores condiciones posibles para el desarrollo de sector; entre otros, la captación de más eventos internacionales con sus positivos efectos colaterales. Por cierto, los secretarios recibieron un ejemplar de mi libro El Mágico Mundo de la Industria de Reuniones 2ª edición. ¡Extendamos la Alquimia de Eventos por todo el país!
En cuanto a los talleres precongreso, muchos nos dimos cita para aprender de los expertos sobre temas específicos, como la gestión de riesgos, la certificación CMP, la inclusión o aspectos a considerar al planificar una visita de inspección o coordinar una boda llena de emociones estresantes.
La inauguración, luego de los discursos de celebración o informativos, se engalanó con una muestra artística de talento local de música y danza. Espectáculo destacado, seguido de una tuna que nos condujo a un agradable coctel lleno de más música y rica comida regional para convivir con amigos conocidos y nuevos.
El día 19 la plenaria nos sorprendió con un gran escenario enmarcado por una súper pantalla que, hay que reconocer, funcionó de forma excelente. Se notó una producción cuidada que sirvió a múltiples momentos que sucedieron a lo largo de dos interesantes días. Ambos días de sesiones, entre ponentes internacionales, líderes de la industria con grandes proyectos y argumentos amistosos, nos llevamos valiosas ideas para poner en práctica.
Inés Sainz con un admirable ejemplo de tesón; David Allison con su recordatorio sobre cómo los valores nos unen más que, incluso, los objetivos; Holly Ramson con una charla reflexiva acerca de cómo organizamos nuestro tiempo y prioridades; Ryan Minton con su historia de una simple frase que significa tanto a nivel de servicio y empatía; Leonardo de Lozanne quien nos puso en marcha y nos dejó con un musical gran sabor de boca.
Todo esto enmarcando una serie de conferencias simultáneas impartidas por expertos en diversos temas con capacidad de potenciar nuestras habilidades, desempeño y entendimiento, así como la muestra de resiliencia que Acapulco ha experimentado después del huracán Otis. Y, por supuesto, la memorable zona de experiencias donde, más allá de lanzarnos un speech sobre el destino, literalmente, nos lo dieron a probar con catas, juegos y la oferta de algunos productos.
Por supuesto, no podía faltar el ya famoso Jeopardy de la Industria de Reuniones donde ganó el talentosísimo equipo amarillo (claro, lo digo sin sesgos, no es que me guste el color, ja ja) y que fue una divertida y muy intensa manera de cerrar el día de sesiones antes de partir a cenar.
Tuvimos también la oportunidad de conocer dos bellas haciendas aptas para crear y alojar increíbles eventos: Hacienda La Joya y Hacienda Catrina. Ambas nos agasajaron con ricos alimentos representativos de la ciudad y de Tampico (respectivamente), el cual será la casa del próximo CNIR 2025.
El CNIR 2024 fue un congreso con corazón mexicano por las 800 personas (mexicanas en su gran mayoría) quienes nos dimos cita en nombre propio o de nuestras empresas; todos procurando el desarrollo de nuestra Industria de Reuniones. Tuvo piel leonesa gracias a la ciudad sede nos arropó con atenciones y momentos dignos de recordar. Dio enfoque global por los ponentes, por demostrar cómo México se prepara para recibir al evento deportivo más relevante en el planeta, y por darnos herramientas aplicables aquí y en China. Dará de qué hablar si todos nos ocupamos de extender el mensaje y el aprendizaje.
Si este es un evento al que sueles no asistir, reconsidéralo para el próximo y hagamos Alquimia juntos.
Felicitaciones al comité organizador. Gracias por su esfuerzo y ¡nos vemos en Tampico!
#HazAlquimia
Norma Ronces
Alquimista de Eventos Corporativos y
Potenciadora de Meeting Planners Profesionales